"¿Acaso las personas mayores no son también el futuro de Alcobendas?"

Inma Puyalto, exconcejala de Personas Mayores, analiza en un artículo de opinión la situación de este grupo de edad en la ciudad

El incremento de la esperanza de vida es una realidad cada vez más creciente. Y, además, con muchas consecuencias en nuestra sociedad. Porque no solo significa que vivimos más, sino que ha transformado por completo el concepto de la tercera edad. Si hace unos años veíamos a todos los mayores de 65 años como un grupo homogéneo, ahora somos capaces de reconocer la diversidad dentro de esta etapa de la vida. Por eso me gustaría adentrarme más en este concepto, señalando diferentes grupos según la salud física y mental: adultos mayores, personas mayores y mayores dependientes.

Los Ayuntamientos, como la administración más cercana a los vecinos, tienen la responsabilidad de atender a estos diferentes grupos. Cuando fui concejal de personas mayores muchos me decían: "Yo no quiero ir a los centros municipales porque allí solo se hacen cosas de viejos". Y ese era, y entiendo que sigue siendo, el reto de todos los técnicos municipales del servicio de mayores. Por eso, desde el gobierno PSOE-CS , iniciamos un proceso participativo para reconceptualizar los centros municipales, adaptándolos a la realidad y a los nuevos perfiles de personas mayores.

Pero, sin duda, una de mis mayores preocupaciones siempre fue brindar apoyo a las familias y a las personas mayores cuando la dependencia entra en sus vidas arrasando con todo. En 2020, yo misma me enfrenté a esa realidad con mis padres y fue uno de los momentos más difíciles de mi vida. Solo quienes lo han vivido entienden la espiral emocional que conlleva: culpa por no saber si los estás atendiendo adecuadamente, miedo al futuro, tristeza al ser testigo de su deterioro y, sobre todo, una profunda angustia.

La dependencia también es costosa a nivel económico, y obtener el grado de dependencia -que es lo único que puede aliviar esa carga- es un proceso largo y arduo. Por eso pusimos en marcha medidas concretas para hacer más llevadera esta espera. Por ejemplo, aumentamos el banco de apoyos técnicos con nuevos recursos como relojes geolocalizadores y etiquetas identificativas, aumentamos la atención domiciliaria, apoyamos a asociaciones cruciales como Parkinson y Alzheimer y firmamos convenios con residencias y centros de día.

Espero que hoy estos convenios sigan vigentes, porque cualquier ayuda, por pequeña que sea, es vital para las familias. Siempre se dice que los jóvenes son el futuro, pero ¿hasta qué punto es real esta idea tradicional?, ¿acaso los mayores no son parte también de nuestro futuro? Tengámoslos en cuenta y, sobre todo, no los infantilicemos.