Artículo de opinión de la exconcejala de Bienestar Social, Inma Puyalto, sobre el sinhogarismo en la localidad
Inma Puyalto
Hace un mes saltaba la noticia: Medio centenar de sintecho estaban viviendo en las urgencias de hospital central de Palma.
A muchos les puede parecer que eso queda muy lejos y que no nos va a ocurrir a nosotros, pero la verdad es bien distinta. Sin ir más lejos, desde hace tiempo el aeropuerto de Barajas se ha convertido en el "gran hotel" para aquellas personas sin hogar, esas a quienes se refieren como "pasajeros invisibles". Un centenar de hombres y mujeres que solo deben aferrarse a una ley no escrita para no ser expulsados de las instalaciones: no generar problemas, evitar peleas y pasar desapercibidos.
En el corazón de nuestro municipio, el distrito centro de Alcobendas, cada vez son más los vecinos que muestran su preocupación por la creciente presencia de aquellos a los que la adversidad ha relegado a las calles.
El estigma que pesa sobre las personas en situación de calle, marcadas por el prejuicio de que "se lo han buscado", oculta una verdad que a menudo es mucho más compleja y dolorosa de lo que podamos imaginar. Detrás de cada rostro de una persona sin hogar hay una historia en la que han intervenido diversos factores, muchas veces incontrolables: la escasez de alquileres sociales, la precariedad laboral, la ausencia de redes de apoyo, la violencia de género, las adicciones, los problemas de salud física y mental...
Alcobendas siempre ha destacado por sus políticas contra el sinhogarismo. Desde hace más de 16 años, contamos con un Centro de Día para Personas sin Hogar que ofrece servicios como duchas, lavandería, manutención, ropa de emergencia y talleres orientados a la inserción social.
A todo esto hay que sumar el trabajo incansable de los educadores y trabajadores sociales, personas que se dejan la vida en las calles para tender manos y construir redes de protección. Una prueba evidente de que el sinhogarismo no solo puede ser combatido, sino vencido.
Sí, efectivamente. El sinhogarismo es una realidad a la que podamos hacerle frente, pero para ello es necesario seguir avanzando en políticas públicas que permitan su eliminación y el primer paso es recordar que el acceso a una vivienda adecuada no es privilegio, sino un derecho humano.
Es importante que el actual equipo de Gobierno del PP se replantee el rumbo de sus políticas sociales y siga la senda de la lucha contra el sinhogarismo iniciada por el anterior equipo de Gobierno PSOE-Cs. Las personas sin hogar no son invisibles, están aquí, en Alcobendas. Y solo hace falta un poco de corazón para darnos cuenta de que es nuestro deber moral asegurarnos de que sean vistas, escuchadas y, sobre todo, respetadas.
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