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Los extrabajadores de los Centros Culturales de Alcobendas llevan sin cobrar desde 2019

  • Diario de Alcobendas
  • 2 mar 2021
  • 3 Min. de lectura

Daniel González es uno de los empleados afectados: "Al final no arreglan nada (...). La concejala de Cultura ya no nos quiere ni hablar"


El Grupo Exceltia se define a sí mismo como “una empresa especializada en la prestación de servicios (…), que tiene como objetivo contribuir a la mejora de la productividad y los resultados de las empresas mediante (…) la optimización de determinadas actividades, funciones y procesos, la mejora del nivel de servicio, así como la reducción de sus costes operativos (…)”.


Sin embargo, los trabajadores de diferentes Centros Culturales de Alcobendas, contratados por Exceltia, están completamente en desacuerdo. En 2018, la empresa se retrasó varios meses en el pago de las nóminas de sus empleados, y en mayo de 2019, directamente, dejaron de pagarles.


Hablamos con Daniel González Molina, acomodador, entre otros, del Auditorio Paco de Lucía, en el Centro de Arte de Alcobendas, y uno de los trabajadores afectados por esta problemática que, a día de hoy, sigue sin resolverse.

Los trabajadores de los centros culturales de Alcobendas llevaban sin cobrar desde 2019 / Change.org

Daniel afirma que, tras el cese de los pagos de las nóminas en el mes de mayo del año 2019, muchos de los trabajadores continuaron trabajando todo el verano por lealtad a los vecinos y a la ciudad, con la esperanza de que, en algún momento, volvieran a cobrar el salario correspondiente a final de mes, algo que, a cualquiera en su sano juicio, nos parece lo normal, lo que cualquier empleado pedimos. “Conseguimos reunirnos en varias ocasiones con Exceltia, pero lo único que nos decían era que estaban pendientes de firmar un contrato en Portugal para poder pagarnos, pero claramente era una trampa para intentar que no denunciáramos”, sostiene Daniel. Y continúa: “Los pagos nunca llegaron, Exceltia no dio ninguna solución, por lo que en septiembre decidimos acudir a un abogado particular para denunciar a la empresa. Además, UGT y CCOO nos han ayudado en todo momento facilitándonos también sus propios abogados. Seguidamente, denunciamos al Patrón del Centro Cultural y al Ayuntamiento como responsables solidarios al ser los contratantes de la empresa”.


Una de las propuestas principales para intentar acabar con esta problemática llegó de la mano del concejal de Podemos, Eduardo Andradas: “Eduardo nos ayudó desde el primer momento y nos dio la opción de municipalizar. Conseguimos reunirnos con la oposición, con PP y VOX, y con Podemos, para que, al menos mientras se resolviera el conflicto, el servicio pudiera ser adquirido por la empresa municipal en Alcobendas, a la que, además, le falta una pata en estos servicios, porque cuando se creó no se profundizó en esta rama”.


Los trabajadores, además, se reunieron con el Comité de Empresas para aunar más apoyos y consiguieron un acuerdo para llevar la moción al pleno: “La oposición dijo que sí, pero, aun siendo una operación que podía ser favorable para el equipo de gobierno, con un mayor control sobre los trabajadores, existía un inconveniente económico para ellos, debido a que los trabajadores podíamos cobrar más de lo que estábamos cobrando con Exceltia. Al existir un gobierno coalición PSOE-Ciudadanos, estos últimos hicieron presión porque no querían hablar de servicio público. Nosotros aceptamos que no sea algo permanente, nos vale con que solo se establezca esta solución como vía de escape mientras se resuelve el conflicto”.


Si ya las soluciones no estaban llegando por aquel entonces, con la pandemia todo se ralentizó: “Entramos en pandemia y así se quedó la cosa. Estamos intentando que cedan para poder seguir trabajando, porque para mí lo más bonito es trabajar para mi pueblo. Hay compañeros que llevan aquí 20 y 30 años. Es un conflicto originado con el PP, pero continuado con PSOE y Ciudadanos. Llevamos esperando que alguien pague desde 2019. Al final, no arreglan nada”, lamenta Daniel. Y prosigue: “La concejala de Cultura ya no nos quiere ni hablar, nos amenazaron con que, si seguíamos con las manifestaciones, no iban a hacer nada para que nos contrataran, pero tenemos que manifestarnos, esto debe conocerse”.


Como última instancia, Daniel y el resto de compañeros han llevado a cabo reuniones con el gerente del Patronato para intentar que otras empresas les contraten. Daniel, una vez más, intenta ceder y resaltar la valía de los trabajadores, algo que las empresas y autoridades ya deberían dar por supuesto: “El Ayuntamiento dice que no somos esenciales, pero cuando hay que evacuar estos centros culturales, somos nosotros, junto con el personal de seguridad, los únicos que sabemos cómo hacerlo. Igual de importantes son los taquilleros de los teatros y los acomodadores, quienes somos los responsables de la seguridad de la sala durante los espectáculos. Además, nosotros ya sabemos cómo funcionan estos servicios, es una gran ventaja para quien nos contrate, no necesitan que nos enseñen puesto que ya tenemos experiencia en el sector”.

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